A veces la sociedad es hipócrita porque se dice que la diversidad es muy positiva pero en realidad lo que se busca es la “normalidad”. Pero yo me pregunto que es la normalidad? Que significa para ustedes ser “normal” en realidad no existe nada que te diga tienes que seguir este patrón de vida, o tienes que ser de una sola raza, tienes que pertenecer a una religión, etc… si lo hubiera, no habría diversidad, variedad, diferencia, todo seguiría un patrón aburrido, no habría diferencias, debates, discusiones, incompatibilidades que hasta cierto punto son divertidas, mantienen el mundo girando siempre bajo una temática siempre y cuando estos debates sean controlados sin sobre pasar la línea de la discriminación. La diversidad cambia día con día, cada que amanece te encuentras con nuevas barreras, nuevos desafíos en la “vida cotidiana” que te retan a hacer algo por ti… en la diversidad el interior de la persona encuentra un camino para mostrarse así mismo como es.
Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea apto para ellas y la respuesta a esto esta en la tolerancia y respeto. Por que tu y yo y todo el mundo somos iguales, perteneciendo a tribus diferentes, culturas distintas, regiones, razas, preferencias sexuales, estatura, color de piel, discapacidades diferentes, oficios, posiciones sociales, etc., todos somos seres humanos todos somos únicos, por lo tanto ser tan diferentes los unos a los otros nos hace tener algo en común, nos hace ilógicamente ser iguales… porque todos tenemos las mismas necesidades, los mismos derechos.
Hoy en día hay tanta discriminación en el mundo que se ha convertido en una peste inmensa aunque no nos demos cuenta todos discriminamos “gratuitamente” a todo aquel que difiere de nosotros que por que tienen menos, porque están enfermos, por que creen en algo distinto, porque tienen hambre, porque no los dejan ser libres, expresar, conocer, crear, compartir, viven guerras porque no saben que existe la PAZ, necesitamos saludar a nuestros enemigos y abrazar al pobre ya que seremos reconocidos por nuestros ACTOS no por nuestro APELLIDO.